Indudablemente se han
conseguido avances desde ese día de 1791 en el que Olympe de Gouges,
redactara su “Declaración de los
derechos de la mujer y la ciudadana”. Dos artículos de
esta declaración que siguen de plena actualidad:
“La mujer nace libre y
permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales sólopueden
estar fundadas en la utilidad común” (Art. I).
“La libertad y la
justicia consisten en devolver todo lo que pertenece a los otros; así, el ejercicio
de los derechos naturales de la mujer sólo tiene por límites la tiranía
perpetua que el hombre le opone; estos límites deben
ser corregidos por las leyes de la naturaleza y de la razón”
(Art. IV).
La lectura hoy de estos
dos artículos produce sonrojo, pues siguen siendo incumplidos más de dos
siglos después Hemos cambiado de milenio y ya ha llegado la hora de que
definitivamente nos pongamos manos a la obra para lograr
nuestro objetivo.
Porque:
Somos
mayoría las mujeres que en este día 8 de marzo de
2013, seguimos sintiendo el estigma de la desigualdad sobre nuestro género.
Somos
mayoría las mujeres hartas de declaraciones de
intenciones sobre eliminación de la discriminación, pregonadas ostentosamente
por organismos oficiales y gobiernos. Hipócritas proclamas que jamás se cumplen.
Somos
mayoría las mujeres que en todo el mundo sufrimos
la explotación, los abusos y la violencia, sin que el peso de todas esas
leyes aprobadas en Parlamentos Mundiales y Nacionales, se apliquen con contundencia
contra los causantes.
Somos
mayoría las mujeres cansadas de someternos a una
doble desigualdad, la genérica que soportamos como ciudadanas de un
arbitrario mundo al servicio de unos pocos poderosos y aquella otra que se nos impone por
nuestra condición femenina.
Somos
mayoría las mujeres que exigimos disponer de
nuestro cuerpo y de nuestra sexualidad con absoluta libertad personal, sin que
se nos atormente o se nos persiga con leyes inmorales.
Somos
mayoría las mujeres que sufrimos discriminación
en el terreno laboral, social y político y que reclamamos la equiparación en esos
ámbitos, con plena igualdad y sin paternalismos.
Somos
mayoría las mujeres que, dependientes,
discapacitadas o ancianas, exigimos unas condiciones de vida dignas, sustentadas
en la plena integración social, atención socio-sanitaria apropiada,
pensiones decentes y vivienda adecuada.
Somos
mayoría las personas que no estamos dispuestas a
resignarnos a que estas situaciones de desigualdad e injusticia, se perpetúen
en el tiempo.
Nos hemos puesto en
marcha, todos juntos, porque somos cada vez más quienes vamos comprendiendo
que somos mayoría y que podemos
cambiar las cosas.
Para finalizar,
recordemos el epílogo de esa “Declaración
de los derechos de la mujer y la ciudadana” que hacemos nuestra por
su fuerza y porque, como decíamos, sigue de plena actualidad:
“Mujer, despierta; el
rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos.
El potente imperio de
la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición
y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y
la usurpación.
El hombre esclavo ha
redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus
cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh,
mujeres!
¡Mujeres! ¿Cuándo
dejaréis de estar ciegas?
(…)
Cualesquiera sean los
obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo”.
Ocho
de marzo del 2013
Frente
Cívico-Somos Mayoría de Madrid
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