El referente moral francés recientemente fallecido dejó antes de morir su testamento político titulado 'Con España en las trincheras por la libertad y el progreso'
Stéphane Hessel, el
gran referente moral y la voz que dio nombre al movimiento que
representa el descontento social de los ciudadanos, los "indignados",
dejó escrito meses antes de morir su testamento político: No os rindáis, un libro en el que urge a "remoralizar" la vida pública española.
Este testamento político lleva el subtítulo Con España en las trincheras por la libertad y el progreso,
y fue escrito y pensado por Hessel para los lectores españoles, desde
España para el mundo. Así, en sus 60 páginas, el libro, que saldrá en
estos días publicado por Destino, resume el pensamiento joven y lúcido
de este sabio humanista, que fue diplomático y miembro de la
Resistencia contra los nazis, torturado por la Gestapo y superviviente
de los campos de concentración, y que falleció a los 95 años el pasado
27 de febrero en París.
Hessel: "La corrupción en España muestra la connivencia entre poder político y económico"
Hessel, que con su emocionante manifiesto Indignaos
llegó a todos los rincones del mundo con millones de ejemplares
vendidos y traducidos a 10 idiomas, e inspiró la movilización en la
calle de jóvenes en España, Grecia o en la llamada primavera árabe,
insta a levantarse y combatir por todo aquello que "hoy está amenazado
por el poder insolente del dinero y las dictaduras de los mercados". Y
con la mirada puesta en nuestro país escribe: "Los casos de corrupción
que han salido a la luz en los últimos meses en España muestran con
crudeza las connivencias existentes entre el poder político y el poder
económico, exponente de una cultura de la irresponsabilidad que ha sido
favorecida por el funcionamiento oligárquico de la sociedad". "Ello
—continúa— convierte en más urgente que nunca la necesidad de emprender
una auténtica remoralización de la vida pública. Ha llegado el momento
de decir basta al dominio de la oligarquía y reconquistar una verdadera
democracia. Los ciudadanos tienen una gran responsabilidad. Son los
ciudadanos los que deben movilizarse para empujar a los Gobiernos a
llevar a cabo las reformas fundamentales".
"Está muy bien expresar nuestro rechazo a la oligarquía, pero no hay que quedarse en la protesta, hay que actuar"
"El
cambio precisa esfuerzo —dice—. Está muy bien expresar nuestro rechazo
a la oligarquía, pero a la vez hay que proponer una visión ambiciosa
de la economía y de la política capaz de transformar la condición de
nuestro país. No hay que quedarse en la protesta. Hay que actuar".
Pero también advierte, desde su experiencia que atraviesa todo el
cruento siglo XX, de que la "democracia es el objetivo, pero también ha
de ser el medio". "La crisis actual, y el sufrimiento que genera,
exacerban los miedos y los odios. Los extremismos nos acechan. Pero la vía de la revolución, de las ideologías totalitarias, no conduce a ninguna parte. Revolución y totalitarismo
son palabras que conducen la una a la otra", subraya. Y reivindica
por encima de todo la política. "Hay que recobrar el apetito de la
política, porque sin política no puede haber progreso". En este mismo
sentido y ante la crisis de credibilidad que sufren los partidos y los
políticos, Hessel añade que "los partidos políticos tradicionales se han
encerrado demasiado en sí mismos". "Anquilosados, necesitan una
sacudida -advierte-. Pero, pese a todo, siguen siendo un instrumento
esencial de la participación política. El objetivo debe ser infiltrarse en las instancias políticas, gubernamentales y sociales en nombre de nuestros valores y ambiciones.
Admirador
de Europa, afirma que es "nuestro único futuro". "Nuestra única
esperanza de salir de la crisis mundial es una construcción europea
fuerte. Cualquier otra salida es inimaginable", observa el escritor,
que habla también del euroescepticismo y del resurgimiento de los
nacionalismos regionales. Y de Catalunya escribe: "La
crisis económica, el descontento con el funcionamiento del sistema
democrático, el sentimiento de no ser tratados con justicia, parecen
haber llevado ahora a muchos catalanes a pensar que con un Estado independiente las cosas irán mejor. Es algo comprensible. Pero peligroso, y no me parece el camino a seguir...".
En este libro, Hessel estuvo acompañado por el periodista y escritor Lluís Uría, corresponsal de La Vanguardia
en París. Tras las pasadas navidades se pusieron a trabajar juntos
hasta pocos días antes de la muerte de este pensador humilde y
comprometido, que no ha llegado a ver el volumen publicado.
Hessel, autor del preámbulo de la declaración de los Derechos Humanos,
de los que dijo que "se establecieron para liberar a la humanidad del
miedo", también firmó otros exitosos títulos como ¡Reacciona!, ¡Comprometeos! y sus memorias Mi baile con el siglo.
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